El sistema excretor de los insectos
En estas tres fotografías de microscopio electrónico de transmisión (en gris) y estereomicroscopio, vemos los órganos del sistema excretor de los insectos y parte de su sistema digestivo. He puesto estas imágenes para que veáis que todo lo que estamos viendo en estas entradas se conoce muy bien y se han hecho muchos estudios y tomado muchas fotografías de todos los sistemas. En la última figura se cortó transversalmente un túbulo de Malpighi. La L marca el lumen, la Mv las microvellosidades que recubren la cavidad luminal y la E célula epitelial.
La excreción es un proceso esencial en la vida de cualquier
organismo. Se eliminan los productos de desecho derivados del metabolismo,
especialmente los compuestos nitrogenados (que se eliminan en forma de
diferentes formas nitrogenadas dependiendo del organismo). La excreción difiere
de la defecación en que los desechos de la secreción han sido metabolizados en
las células del cuerpo. En la defecación los desechos han pasado por el tracto
digestivo, desde la boca hasta el ano y muchas veces han cambiado bioquímicamente
poco.
Por supuesto, las heces de los insectos, ya sea en forma
líquida o en forma sólida, empaquetados en forma de excrementos, contienen
tanto alimento no digerido como excreciones metabólicas. Los insectos acuáticos eliminan sus excreciones directamente
del ano hacia el agua y su pérdida de agua en el proceso es mínima. En
comparación, los insectos terrestres deben tener adaptaciones para conservar y
reconcentrar sus heces para recuperar el agua. Por ello, sus heces suelen ser
muy secas.
Tanto los terrestres como los acuáticos deben conservar
iones como el sodio, potasio y cloro, los cuales suelen estar en bajas
concentraciones en sus alimentos. Los acuáticos deben evitar su pérdida
excesiva por la excreción.
La producción de orina o excrementos es el final de dos
procesos íntimamente relacionados: la excreción y la osmorregulación
(equilibrio corporal de la composición de líquidos y sus iones).
El sistema responsable de la excreción y la osmorregulación
es el sistema excretor. Sus actividades son llevadas a cabo por los túbulos de
Malpighi y el intestino medio.
La composición de la hemolinfa en insectos de agua dulce
debe ser regulada en respuesta a la pérdida constante de sales hacia el agua circundante (por ósmosis)
y en esta regulación participan tanto el sistema excretor típico y unas células
especiales, las células clóricas o células del cloro, las cuales están
asociadas con el intestino. Estas células son capaces de absorber iones
inorgánicos a partir de soluciones muy diluídas.
Los túbulos de Malpighi y el recto
Los principales órganos de excreción y osmorregulación en
insectos son los túbulos de Malpighi y el recto y/o el íleon, actuando de forma
conjunta.
Los túbulos de Malpighi son evaginaciones del intestino y
consisten en finos y largos túbulos, formados por una monocapa de células que
rodean el lumen de los túbulos. Los túbulos acaban en un punto ciego y su
número varía mucho dependiendo del tipo de dieta asociada al tipo de insecto.
Su número varía entre 2 (algunos cocoideos, un tipo de hemípteros) y 200 para
algunos saltamontes.
Debemos imaginarlos como unos hilos unidos al intestino y
que se encuentran moviéndose como si fuesen gusanos por la hemolimfa, de lado a
lado y retorciéndose, donde van a filtrarla.
Aunque parezca increíble, los pulgones son los únicos
insectos que carecen de túbulos de Malpighi. Se encuentran muy reducidos en
strepsípteros.
Como curiosidad y, aunque no sean insectos, otros artrópodos
como los arácnidos y los miriápodos tienen estructuras similares y se piensa
que son resultado de una convergencia evolutiva, es decir, estructuras que han
alcanzado una forma parecida porque debían dar respuesta a un problema similar,
filtrar.
Los túbulos de Malpighi en insectos corresponden al
intestino posterior y tienen un origen ectodérmico (una de las 3 capas
embrionarias, el mesodermo, ectodermo y endodermo). Justamente se encuentran en
la zona en la que se unen el intestino medio y el recubrimiento cuticular del
intestino posterior. La parte anterior del intestino posterior se llama íleon, la
porción media (generalmente más estrecha) se llama cólon y la porción más
posterior es el recto, que se encuentra expandido.
En muchos insectos terrestres, el recto es la única zona
donde se da la reabsorción de agua y sales a partir de las heces. En otros
insectos como las langostas del desierto, el íleon también contribuye a la
osmorregulación. En algunos insectos como la cucaracha americana, incluso el
cólon puede llegar a ser una zona potencial de absorción de agua y sales. La
capacidad del recto para la reabsorción es dada por su anatomía. En la mayoría
de insectos, partes concretas del epitelio del recto están engrosadas formando
almohadillas , compuestas por agregados de células columnares. Típicamente, hay
6 almohadillas dispuestas longitudinalmente pero puede haber menos o muchas
más.
Los túbulos de Malpighi producen un filtrado (la llamada
orina primaria) que es isoosmótica respecto a la hemolimfa pero contiene
diferentes tipos de iones. Después está el intestino posterior, especialmente
el recto, que absorbe agua y ciertos solutos pero elimina otros de forma selectiva.
En esta figura se ejemplifica cómo es el sistema general de
excreción de un insecto, usando el sistema que tienen las langostas. Aunque ya
hemos dicho que hay variables que cambian entre los insectos, este modelo lo
resume todo bastante bien.
Los túbulos de Malpighi producen una orina primaria
isoosmótica, como resultado del filtrado de la hemolimfa (análogo a lo que
hacen nuestros riñones). Esta orina es alta en potasio, baja en sodio y el
cloro es el anión principal. El transporte activo de iones, especialmente de
potasio hacia el interior de los túbulos, genera un gradiente osmótico que
permite que el agua difunda por transporte pasivo hacia los túbulos.
Los azúcares y la mayoría de aminoácidos son filtrados de
forma pasiva desde la hemolimfa (probablemente a través de uniones entre las células
de los túbulos), mientras que el
aminoácido prolina y compuestos orgánicos no metabolizados y tóxicos son transportados
activamente hacia el lumen de los túbulos. Los azúcares como la sacarosa y la
trehalosa son reabsorbidos desde el lumen y vuelven a la hemolimfa.
La continua actividad secretora de los túbulos de Malpighi
da lugar a un flujo de orina primaria desde el lumen de los túbulos hacia el
intestino. En el recto, a la orina se le extraen solutos y agua para mantener
la homeostasis en el cuerpo del insecto. Células especializadas en las
almohadillas rectales llevan a cabo la recuperación activa de cloro bajo
estimulación hormonal. Este bombeo de cloro genera gradientes eléctricos y
osmóticos que provocan la reabsorción de iones, agua, aminoácidos y acetato.
Diagrama esquemático de los órganos del sistema excretor de
la langosta del desierto Schistocerca gregaria.
Solo se muestran unos pocos túbulos de Malpighi. a) Sección
transversal de un túbulo de Malpighi mostrando el transporte de iones, agua y
otras sustancias entre la hemolimfa circundante y el lumen del túbulo; los
procesos activos se indican con flechas continuas y los pasivos por flechas
discontinuas. b) Diagrama ilustrando los movimientos de los solutos y el agua
en las células papilares del recto durante la reabsorción de líquidos del lumen
rectal. Las rutas de movimiento del agua se representan con flechas abiertas y
los movimientos de solutos con flechas negras. Los iones son transportados
activamente desde el lumen rectal (compartimento 1) hasta el citoplasma de
células adyacentes (compartimento 2) y luego hacia los espacios intercelulares
(compartimento 3). Las mitocondrias se posicionan de forma que proporcionan la
energía necesaria para el transporte activo de iones. El fluido en los espacios
intercelulares es hiperosmótico, es decir, su concentración de solutos es mucho
mayor con respecto a la del lumen rectal y extrae agua por osmosis desde el
lumen mediante canales entre células. El
agua, entonces se mueve desde el compartimento 1 al 3, luego al 4 y al 5
finalmente, la hemolimfa en las cavidades del insecto.
Sistemas criptonefríticos
Muchas larvas y escarabajos adultos, orugas de mariposas y
larvas de Symphyta tienen un ordenamiento modificado de su sistema excretor que
tiene como función una reabsorción máxima del agua de las heces previa a su
defecación (en escarabajos) o una regulación iónica (en orugas de fitófagas de
mariposas). Estos insectos tienen un sistema criptonefrítico en el que
los extremos ciegos de los túbulos de Malpighi se mantienen en contacto con la
pared rectal mediante la membrana perinefrítica. Tal disposición de estos
elementos les permiten a algunos escarabajos que tienen una dieta con muy poca
agua, como los que comen semillas o cáscaras, ser muy eficientes en la
conservación del agua corporal. Pueden extraer el agua del aire húmedo del
recto.
En el sistema criptonefrítico del Tenebrio melitor, los
iones (principalmente cloruro potásico) son transportados hacia sus 6 túbulos
de Malpighi y se concentra allí. Se crea un gradiente osmótico que extrae agua
del espacio perirectal y el lumen rectal. El fluido del túbulo es transportado hacia la porción libre
de cada túbulo, desde donde pasa a la hemolimfa o es reciclado en el recto.
Excreción del nitrógeno
Muchos insectos predadores, hematófagos o incluso fitófagos,
comen nitrógeno y ciertos aminoácidos en particular, en cantidades mayores a lo requerido. La mayoría de insectos excretan algún tipo de desechos
nitrogenados en algún momento de su vida aunque parte del nitrógeno es
almacenado en el cuerpo graso o formando parte de proteínas en la hemolimfa
como es el caso de algunos insectos.
Muchos insectos acuáticos y algunas moscas de la carne
excretan grandes cantidades de amonio, mientras que en los insectos terrestres
sus desechos consisten generalmente en ácido úrico o sus sales (uratos),
normalmente en combinación con urea, pteridinas, algunos aminoácidos y
derivados del ácido úrico como la hipoxantina, alantoína o ácido alantoico. De entre los compuestos de desecho el amonio es de los más
tóxicos y suele ser secretado en solución diluida o rápidamente volatilizado
desde la cutícula o las heces (como ocurre en las cucarachas). La urea es menos
tóxica pero es más soluble, lo que requiere una gran cantidad de agua para
poder excretarla y esta pérdida de agua es un lujo que solo los insectos que
consumen mucha agua se pueden permitir. El ácido úrico y los uratos requieren
menos agua para su síntesis que el amonio o la urea, no son tóxicos y, teniendo
baja solubilidad en agua, pueden excretarse en forma de residuo seco, sin
causar problemas osmóticos.
La dilución de los desechos se lleva a cabo de forma
sencilla por los insectos acuáticos pero la conservación del agua es esencial
para los terrestres, por ello, la excreción de nitrógeno en forma de ácido úrico
(uricotélicos) es muy ventajosa.
amigo n tienes el de la cucaracha
ResponderEliminarsu sistema excretor
Sisyemavecrrto de la mosca
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